Se define como cuarzos a los focos que usan lámparas halógenas (incandescentes). Tienen un filamento de tungsteno que al pasar la electricidad se va calentando hasta llegar a emitir luz. Dicho filamento está dentro de una ampolla de cuarzo y en su interior tiene un gas halógeno.
Están montados con un reflector parabólico que proporciona un haz de luz muy amplio que puede delimitarse mediante viseras. Si bien la luz generada es en principio bastante dura, se puede suavizar con filtros difusores o gasas. Su campo de ampliación es la iluminación general, tanto en luz directa como de relleno y se encuentran con potencias de entre 250w y 2kw.
De los proyectores más utilizados es el más simple. Consiste en una caja corta, casi siempre de boca cuadrada, que encierra en su interior un reflector y una lámpara halógena lineal. El haz de luz que nos proporcionará este aparato será muy abierto y, por tanto, cubrirá grandes superficies. El panorama puede incorporar viseras, muy útiles para delimitar su gran mancha de luz. El único control posible que tenemos sobre el haz de luz de este foco, además del uso de viseras, es el que se deriva de su movimiento, girándolo arriba o abajo, a derecha o a izquierda. El panorama se utiliza especialmente para iluminar cicloramas, y dar grandes baños de luz en general además de como candilejas o luz de suelo.
Cuando están montados como proyector de ciclorama, la potencia de las lámparas suele ser alta (entre 500 y 1200w). La lámpara está asociada a un reflector sencillo, lo que proporciona una luz de haz muy abierto. Se difunden en grupos distribuidos por la zona inferior y/o superior de un ciclorama, al cual facilitan una iluminación genérica.
BRUTOS Y MINIBRUTOS
Para iluminar zonas muy amplias. Se gestionan de forma conjunta, generalmente por columnas lográndose oriental cada una de ellas para conseguir la abertura deseada el haz de luz global que genera. Se le pueden asociar viseras.